sábado, 27 de agosto de 2011

Incluso caro, el petróleo no es bueno para la ecología

El barril de petróleo entro en una era de fluctuaciones ligada a la crisis económica. Pese a esos precios erráticos, la demanda de oro negro debería mantenerse e incitar a los petroleros a intensificar sus búsquedas en zonas de difícil acceso y sensibles para el medio ambiente.

En 1900 el mundo consumía menos de 1 millón de barriles por día, hoy, la demanda alcanza los 85 millones de barriles diarios. Demasiado influenciados por los lobbies “fósiles”, la mayoría de los dirigentes políticos y sus asesores son incapaces de emprender el camino de la sobriedad energética y de las energías “limpias”. En consecuencia, la exploración del petróleo y del gas avanza en forma acelerada, ya que, para algunos dentro de una década el 40% del petróleo consumido provendrá de pozos que aún no se han explotado o que se desconocen en la actualidad.

Tanto el alza del precio del barril como el aumento mundial de las temperaturas medias favorecen a los petroleros. Por un lado, un barril caro les ofrece los medios financieros para extraer el petróleo y gas de campos que hasta entonces eran caros de explotar; por el otro, el calentamiento global vuelve más fácil el acceso a zonas que antes eran inhóspitas.  En suma, cuando el ex presidente de EEUU George Bush, abiertamente cercano a los círculos del petróleo, se negaba a reconocer la realidad  del calentamiento climático, era el primero en sacar provecho de la situación.

Los principales contaminantes lanzados por los automóviles son: monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx), hidrocarburos no quemados (HC), y compuestos de plomo.
No todos los vehículos lanzan los distintos tipos de contaminantes en las mismas proporciones; éstas dependerán del tipo de motor que se utilice. Los vehículos que emplean nafta como carburante emiten principalmente monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, hidrocarburos y compuestos de plomo. La emisión de este último tipo de contaminante se debe a la presencia en algunos tipos de nafta de tetraetilo de plomo, aditivo que se añade para aumentar su índice de octano.

Los principales contaminantes emitidos por los vehículos que utilizan motores de ciclo diésel (camiones y colectivos, por ejemplo) son partículas sólidas en forma de hollín que da lugar a los humos negros, hidrocarburos no quemados, óxidos de nitrógeno y anhídrido sulfuroso procedente del azufre contenido en el combustible.
Otro problema grave en la utilización del petróleo como fuente de energía, son los peligros que tiene su traslado, usualmente  por vía marítima.

Los grandes desastres, relacionados a los derrames producidos por accidentes en este tipo de traslados, han sido catastróficos.  Entre todos los accidentes de buques petroleros ya se han derramado más de 30 millones de toneladas de crudo a las aguas.

Otro problema, es que gracias a las nuevas tecnologías, se puede extraer el petróleo directamente desde las profundidades del océano. Aquí los accidentes tienen consecuencias incluso mayores, ya que, como pasó el 22 de abril del 2010 en el golfo de Mexico, una fisura en los conductos que extraen el petróleo es muy difícil de reparar, y genera el derrame de más de 800 mil litros DIARIOS.
Las complicaciones que el derrame trae a la vida silvestre son incalculables, produciendo muertes por intoxicación, entre otros.



   




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